domingo, 27 de septiembre de 2009

Cerrar los ojos - Lisando Aristimuño

Pena me dio no verte, sacarle la soga a la muerte
Sin piedad y sin razón, han destrozado la ilusión
De toda la gente que vive sola, atada a un cruel destino

Si no hay camino por recorrer,
Cerrar los ojos es perder y una vez más es así...
Sigo creyendo en sueños, que los días no tienen dueño
Y que hay verdad y que hay amor
Cerrar los ojos es perder
Frío de la noche, no hay nombre para este dolor
Cielo de mis noches, Que viva la revolución

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ultima ronda

Reite conmigo del derroche, burlemos la miseria, compartamos frustraciones con una luz tenue y música de fondo. Prefiero disfrutarte unos segundos más, con los ojos cerrados, a oscuras en compañia, antes de reconocer la lejania de tu silencio esta noche.
Dejame seducirte así, en vano, sólo por gozar la ilusión, unos momentos más, de que la suerte de tu encuentro no va a acabar entre lágrimas y copas, humaredas y palabras rotas, desconsuelo y tristeza en boca.
Silencio, que a tus ojos los inundan excusas y ya no los quiero observar. Palabras, a la distracción de mi boca ilusa, bebiendo tus sales una vez más. Dulces tus anhelos, que sólo me dejás contemplar. Insistentes tus rodeos, que no me permiten intentar...
Y aunque ya quisiera desprenderte a besos de tus enrriedos, mis esfuerzos fueron vastos a mis palabras, y tu comprensión, inutil a mis futuros desconsuelos.
Así nos dejo, sin historia ni recuerdos, sólo un cronopio ebrio sin contención, y mil famas de proyectos esperando nacer...

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Será mi error, entonces

Ajeno y conocido me preguntó
adónde van las palabras que no se dicen...
No respondí, pero creo que se acumulan
y estallan cuando menos las esperas.
No seré ninguna maravilla, y mis
pruebas no desembocaran más que en
fructuosos errores y desamparos...
Pero qué más dá, si mis equívocos
esfuerzos te dejan pensando.
Qué más dá, si sé que esas palabras
fluyen en mi, que no guardo ni me decido a perder la oportunidad casual de arriesgarme.

D i f e r e n t e

Por una vez, sin estructura voy a llevar en palabras la práctica. Estoy cansada, harta de esperar desesperando. No aguanto más, es como estar encerrada en mi propia libertad... Sí, una tortura. Y qué más dá si sos vos, soy yo, o somos todos... Ya no sé para dónde ir. Quizás sea que no hay salida, pero entonces qué? Sigo esperando?
Vivo adentro mio, aprendiendo las lecciones para ser. Es que necesito que algo pase, que ya no todo dependa de mi. Festejo todos los encuentros, pero cuándo llega el mío? Acaso alguien querrá encontrarme? Estar sin rumbo, dejándose llevar por un rato es libertad. Estar desorientado, arrastrado por la rutina, es descuido, olvido. Es estar en mil lugares, y en ninguno a la vez. Como tantos dicen, pero tan pocos saben comprender: es estar sólo en medio de un montón de gente.
Entonces, me pregunto... ¿Hasta cuándo?

Maravilla cotidiana

Algo pequeño, guardado
Desubicado y atento
Un sentimiento escondido
Sin miedo a la oscuridad
Una sensación incómoda,
e insignificante ante las
enormes angustias y amarguras.
En soledad, no desesperaba.
Callado, disfrutaba el silencio,
sencillo estar oculto...
Pero cuando la música estropeó
su tranquilidad, enardeció.
Envuelto en llamas, pintado
por colores fuertes y cálidos,
se sintió grande, inmenso, lleno.
Estaba desorientado, sin entender,
y todo en él, era inestable.
Pero había nacido, en ese algo
pequeño, un algo maravilloso,
y cuando la maravilla toca una puerta
y entra expandiéndose sin permiso,
Es porque viene para quedarse.

martes, 1 de septiembre de 2009

El día antes

Era un día de aire espeso,
cielo gris, pensamiento ambigüo
Era un día de creencias absurdas,
de lentes empañados e ideas al vapor
Era un día sin vuelta atrás,
uno sin color por desparrame
Era sólo para el invento creativo,
y la mente obstinada
La obsesión llamaba a la búsqueda,
y, bien sabemos, es un rival sin oponente.
Arriba, anticipaba tormenta
Abajo, murmuraba rebelión.
Era un día bizarro,
uno que susurraba incómodo
el silencio antes del gran cambio.
Miradas cómplices, palabras revolucionarias
inspiraban los actos que se advertían.
La alegría andaba oculta,
se expandía en secreto, sin todavía estallar
Este pueblo, esta Patria Grande,
preparaba inmensas banderas latinas
Iluminaban el ambiente,
cálidos tonos rojos y verdes.
Huellas de zapatos, al camino descalzo
Siempre yendo abajo, a la izquierda,
Era el día antes,
del comienzo de La Revolución

Sólo fue

Si robaste mis risas sin permiso,
si curaste, sin asco, mis anhelos
Si tu viento me desnudó sin cautela
¿Qué palabra atrajo tu silencio?
Besaste mis rodeos sin obsesión,
pero, sin embargo, sin hielo
detuviste la lava

¿Por qué no?

¿Qué tanto te limita tu mente,
cuánto tus dudas, y tu alrededor?
¿Qué viene a vos cuando decidís
no probar?
¿Qué detiene a tu mirada,
qué impide a tus ojos despegar?
¿Cuántas voces callás para privarte,
qué espinas cortan tu respiración?
¿Alguna vez dejaste tu cuerpo fluir?
¿Creíste, sin pensar,
en la locura de mis labios?
¿Qué reprimió tu boca,
cuando te sedujo la tentación?
Contame, alguna vez,
cuándo gritaste sin razón...
Y no te olvides, si entendés,
de cómo estas preguntas,
te dejan sin aliento.